10 /Marzo /2012 2012/ Marzo/ 11 Todos los veranos, entre 1944 y 1966, Alexander Wetmore (1886-1978), ornitólogo del Instituto Smithsonian, exploró las selvas de Panamá. En muchas expediciones sus vaquianos locales en selvas fueron miembros de la familia de Alois ¨Luis¨ Hartmann, inmigrante checo que llegó al Istmo en 1912 y tras caminar 500 kilómetros, siguiendo la línea del telégrafo a poniente, arribó a David. En las remotas selvas del volcán Barú, estableció su finca y crió su vasta prole. Nacen en el Barú las cabeceras del Chiriquí Viejo, el río más importante del occidente chiricano. Para Wetmore, sus sitios istmeños preferidos fueron las tierras altas de Chiriquí, la finca Hartmann y el balcón de su cuarto en el Hotel Tívoli, donde sentado en una mecedora de mimbre y gozando la brisa norte, redactaba sus informes. En estas expediciones, le acompañaba su esposa, Beatriz, que en el campo se encargaba de la despensa y la cocina. En el 2010, entrevisté a Armagedón “Gedòn” Hartmann, hijo de Luis, sobre sus expediciones con Wetmore, a Coiba, Mandinga, el Chagres, Azuero y Chiriquí. También sobre eventos importantes para el campesinado de las tierras altas. A sus 80 años, Gedón, como buen campesino chiricano, ama su tierra, su finca y al amanecer está listo para revisar su cafetal. En números previos de Epocas, Gedón recapitulaba su infancia, en las décadas de 1930 y 1940, y la visita a la finca de los Hartmann por el Dr. Arnulfo Arias, tres veces presidente de Panamá, en 1951, antes del sangriento asalto al Palacio de Las Garzas por la Guardia Nacional, comandada por el coronel José Antonio Remón Cantera. Hoy Gedón rememora eventos después del tercer derrocamiento del Dr. Arias, el 11 de octubre de 1968. La breve y brutal guerra de guerrillas entre la Guardia Nacional contra los campesinos chiricanos y los atropellos sufridos por la gente humilde del campo, por el pecado de pertenecer a un partido político. Las noticias del golpe en Santa Clara “Yo boté en varias elecciones por Arnulfo Arias. Mi papá llegó a ser tan panameñista que pagaba dos buses pa llevar gente de Bugaba a Panamá. El se hizo fanático arnulfista. De nuevo vino Arnulfo a la presidencia, en el 68. Cuando el golpe del 68, yo tenía mi finca independiente de mi papá. Eso fue a los 11 días después de las elecciones. Yo estaba allá arriba, en mi casa, tarde en la noche, porque al día siguiente tenía que salí a Concepción con la señora y la niña. Estoy en mi casa acomodándome pa dormir y acomodando la ropa, cuando oigo las noticias de Costa Rica. Radio Monumental dice ´¨De periodistas de la Zona Sur acabamos de tener información, de parte del Sargento Nonato de la Guardia Nacional en Paso Canoa, quien dijo que en Panamá acaban de dar un golpe de estado al presidente Arnulfo Arias’ y de ahí pasó a las noticias nacionales de Costa Rica”. “Por aquí se puso muy crítico. Yo me quede tratando de coger noticias de Panamá, nada, en ninguna emisora. Todas censuradas. El gobierno censuró todas las emisoras y por acá no sabíamos que estaba pasando. Venía y cogía Radio Monumental y no se podía saber mucho. Todos estábamos cada uno en su casa, en su finca. Mi papá, Ratibor y yo. Ese golpe fue sorpresa pa todo mundo, no lo sabía nadie. Pensábamos nos iban a detener por ser panameñistas. Nosotros, cada quien en su casa, en su finca fue analizando las cosas. Por personas se supo que estaban llevándose gente presa pa los cuarteles en la capital y en David, entre estos a los cabecillas de partidos. Nosotros nos sentíamos perseguidos por ser panameñistas. Nos avisaban diciendo ‘quitense que la policía viene’. Mucha gente se fue al otro lado de la frontera, a pie 2 horas y media. “Era octubre y lluvioso. A fines de mes se iniciaba la cosecha de café, así que estábamos preparándonos. Mis hermanos Ratibor y Yaroslav andaban por David y de regreso para Volcán oyeron la noticia, en Concepción, del golpe. Mi hermano Ratibor tenía a la señora afuera. Habían llevao al hijo, Ratibor, que estaba comiendo mani y se le había ido una migaja de maní a los pulmones y el médico pidió lo llevaran a un lavado pulmonar a Panamá. Ella le mandó un mensaje por radio emisora. Yo tenía el carro ahí, pero me vine en el caballo a casa de Chicho [Ratibor]. ‘Chicho viste el mensaje que te mandó tu señora? Que tienes que llevar a tu hijo a Panamá al lavado pulmonar’”. Yo le dije que no fuera. ‘No vayas. Dios quiera que vayas ahí a David y te hagan preso’. Nos venimos de la casa de él y pasamos a la casa de mi papá, y mi papá le dijo ‘Chicho vas a caer preso´. El dijo ‘yo tengo que ir a Panamà’ y se fue´." Ratibor Hartmann cae preso “Al día siguiente supimos que estaba preso en Concepción. El llegó donde mi suegra, Bella, Victoria Saldaña, dejó el carro, un Nissan que tenía to lleno de lodo, en Concepción. Se fue para David en bus, pa el dìa siguiente coger el bus de regreso a Concepción, a dormir donde la mamá de mi señora. En la madrugada, como a las 5 de la mañana, llega la policía aporreando la puerta, “abran en nombre de la ley”. Mi suegro me contó todo, como llegó la policía. Esa casa de mi suegra había sido antes una pensión y ella a veces alquilaba cuartos a personas serias. Era pequeña de madera con balcón. Los sapos habían visto el carro de mi hermano y avisaron que había un Hartmann en esa casa. Los policías, atropellándose entre ellos, entraron con los rifles, levantando las cortinas con bayonetas. Chicho todavía estaba durmiendo, cuando se lo llevaron pa el cuartel de Bugaba.” “ Victoria Saldaña, mi suegra, viendo se llevaban a mi hermano se fue y habló con el Dr. Kipping, capitán honorario de la Guardia en Bugaba. Era doctor muy conocido de la familia. Lo ocupábamos frecuentemente pa cualquier enfermedad. Nos conocía a todos. El Doctor aun vive. El fue al cuartel y habló por mi hermano y se lo entregaron. Chicho cogió el carro y se fue pa David, donde estaba su hijo enfermo y estando en el aeropuerto lo detuvieron de nuevo y lo zamparon en el cuartel de David. Lo tenían en la lista. La esposa, Celsa, se fue pa Panamá con el niño”. Días y noches en La Macarela “Ratibor fue el primero que cayó preso de la familia. Diez días lo tuvieron preso en David, en el cuartel. Lo tuvieron cinco días en la ‘macarela’. Era como un baño chico, con una gotera de agua cayéndole en la cabeza, día y noche. Era una tortura. No podía sentarse, ni acostarse. Cinco días y cinco noches parao, cayéndole agua sin haber hecho nada, solo por ser panameñista. No lo podíamos ir a ver. Eso era terrible. Cuando hay militares mandando es triste, va dejando el mal por donde pasa. Mi hermano, no había hecho na y pasó cinco días en la macarela y otros cinco en otra celda. Entonces había muchos conocidos nuestros que iban y hablaban por Chicho. Otros iban, pero a ponerle acusaciones que no pudieron probar. Después lo sacaron pa otra celda. De ahí lo sacaban a deshoras de la madrugada pa interrogarlo. Lo dejaban dormir un rato pa luego interrogarlo nuevamente: que si sabía de gente armada en Santa Clara, que si él estaba metío en un movimiento armado, que si sabía de las armas. El no era político. El hermano menos político era él. Luego cayeron dos hermanos presos más.” “Antes de dejarlo libre, lo trajeron con ellos en un camión esposado hasta Volcán. Como de Volcán a Santa Clara era un atascadero, los carros se atoraban. De allí a Cerro Pando y a Santa Clara, se lo trajeron a pie, jalándolo con una cadena pegada a las esposas. Cinco horas caminaron porque los caminos estaban muy malos, como era octubre. Cuando el camino está lodoso, uno se balancea con los brazos pero como lo llevaban esposado, cada vez que se resbalaba caía al suelo, al lodo. Lo jalaban como un perro. Venía un policía que era conocido y él lo ayudaba a levantarse y hasta le dio una galleta.” “En el camino le dijeron ‘nos vas a llevar a donde cada uno de tus hermanos’ y lo amenazaban. El con el dolor en el pecho. El diciendo, rogando a Dios que no estuviese yo ni mis hermanos en casa. Antes de llegar a su finca en Santa Clara estaba mi finca. Entonces llegaron a mi casa con miedo. Pensaron que Armagedon les iba a hacer fuego, porque eran unos cobardes. Unos por delante y otros por detrás. Sale mi perro Jeti a morderlos y lo tiraron en la paleta en el patio. Murió a los quince días. Revisaron la casa, rompieron las ventanas. Mi hermano preso, pero no cobarde, les dijo ‘porque rompen la ventanas’. Se metieron, rebuscaron todo, todo lo dejaron por el suelo, se cogían hasta los centavos. Tenía una lata de cuaras y se llevaron la lata. Se llevaron mi cama y un álbum de fotos grandes que tenía. A ellos les llamaba mucho la atención las fotos. Fotos de uno con armas y como yo había trabajado con los doctores colectando animales yo aparecía en muchas fotos con armas en las manos. Se llevaron un tesoro para mi, mis fotos con los doctores para quien trabaje en las selvas, Hartman y Wetmore y otros mas. En el siguiente numero de Epocas, continuaremos con la narrativa de Gedón Hartmann sobre los sucesos en las tierras altas del Chiriquí Viejo tras el golpe de estado de 1968. “Papito y Gedón Hartmann con el Dr. A. Wetmore, colectando aves en Santa Cla- ra, Chiriquí. Marzo 16, 1954. Archivos, Instituto Smithsonian. “ Armagedon Hartmann y Alexander Wetmore a la sombra del Volcán Barú, 1968.